La información en nuestro ordenador se acumula, nos guste o no, y si antes,
por ejemplo, el mismo álbum familiar se podía grabar en un disco de 700 MB,
pero ahora un vídeo 4K de 2 minutos ocupa ese mismo espacio.
Para mantener todo intacto y seguro, lo mejor es conectar un disco duro
adicional, que actuará como almacenamiento de archivos.
Si queremos ampliar la capacidad de nuestro
disco duro lo podemos hacer de
forma bastante sencilla.
Primero tienes que instalar físicamente el disco duro en tu ordenador y
después tendrás que configurarlo para que funcione correctamente.
Cosas
importantes antes de la Instalación:
Compatibilidad: Verifica que tu placa base tenga puertos
SATA libres o ranuras M.2 (para NVMe).
Ventilación: Los HDD generan más calor que los
SSD;
por lo que los HDD debarás colocarlos en zonas con flujo de aire.
Cableado: Organiza los cables para mejorar la
refrigeración.
INSTALACIÓN FÍSICA
Lo primero que debes hacer es desenchufar el cable de alimentación
y descarga la electricidad residual o estática pulsando el botón de
encendido unos segundos.
Ahora quita el panel lateral de tu PC (normalmente tiene tornillos o botones
para abrirlo) y ubica el espacio vacío donde colocarás el nuevo disco duro.
Las carcasas suelen tener bahías (ranuras) para discos duros, ya sea de 3.5"
(para discos HDD tradicionales) o 2.5" (para discos SSD).
3,5" = 3,5 pulgadas
Los discos duros actuales son todos
SSD y con conectores (cables) SATA.
Si quieres saber la diferencia con los HDD visita el enlace anterior, pero a
modo de resúmen, podemos decir que los discos antiguos HDD son como varios CD
regrabables sobre un eje girando y donde se almacena la información, los SDD
son como los lápices de memoria o pendrive.
Los discos duros HDD utilizan cables ATA y los nuevos
cables SATA,
muy importante asegurarte que tienes el cable para poder conectar tu disco
duro.
Aquí puedes ver ampliado un cable SATA de datos:
Pero OJO, los discos SATA
emplean dos cables para su correcto
funcionamiento: uno que transmite la corriente eléctrica para que el disco
funcione y otro, más fino, que será el encargado de transportar los datos de
la unidad a la placa base (ver imagen).
En ambos casos, el conector tiene forma de «L» tanto en su parte macho (en
la unidad) como en la hembra (en los cables).
Los cables solo entran de una manera en los correspondientes conectores de
la unidad y si los forzamos, es bastante probable que rompáis el conector y
adiós disco nuevo.
Recordad que el otro extremo del cable de datos lo debéis conectar a un
puerto SATA que tenga libre vuestra placa base.
Tras los pasos anteriores, y habiendo comprobado que todos los conectores
están donde deben de estar,
es el momento de poner en marcha nuestro
ordenador y configurarlo correctamente.
CONFIGURACIÓN DEL NUEVO DISCO DURO
Vete a una carpeta cualquiera del equipo y busca "
Este Equipo" pulsa botón
derecho y selecciona "
administrar" se abrirá la ventana de "
administración
de equipos"
Selecciona "
Almacenamiento" y "
Administración de discos" y te aparecerán los
discos duros que hay instalados en el ordenador.
Nota: También podemos entrar en el "Panel de Control" en "Herramientas de
Windows"
Ahora, lo que debemos de hacer es seleccionar la unidad nueva que hemos
instalado.
La reconoceréis porque
su interior estará completamente rayado, indicando
que todavía no se puede emplear.
En ese momento, deberéis de dar clic con el botón derecho y
crear la nueva
partición de la unidad con la opción «
Nuevo volumen simple».
Podéis optar por dejarla toda entera o bien hacer particiones, indicando qué
tamaño queréis que estas tengan.
Nota: particiones es dividir el nuevo disco duro en varias partes, como si
fueran varios discos duros en uno.
Definidas las particiones o el disco con un nombre, lo único que hay que hacer es darles formato a
todas ellas.
Ahora que el disco está formateado y con una letra de unidad asignada,
debería aparecer como una unidad nueva en el Explorador de Archivos de tu
sistema operativo.
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